Cuando uno se encuentra realizando coberturas periodísticas se encuentra con perlitas como el de este relato.
En la tarde de este jueves, mientras cubríamos periodísticamente los trabajos de Obras Publicas Municipal, fuimos testigos involuntarios de esta perlita, en el barrio Vélez Sarsfield de la ciudad de Saladas, fue muy oportuno y hasta casual estar en el lugar del hecho, que tiene ribetes cuasi cómicos.
Al excavar la zanja de desagüe, una retroexcavadora de la Municipalidad de Saladas extrajo una Víbora, creemos de la especie “Boa Curiyú”, (de acuerdo a testigos que conocen la especie), el barrio es aledaño a los humedales que rodean la ciudad de Saladas, hábitat natural de esta clase de reptiles, por lo que no sería un caso sorprendente su aparición en un lugar densamente poblado… hasta aquí todo normal
Lo risueño se produce cuando una vecina decide enfrentar al reptil con un rastrillo plástico, dominando a la serpiente de mediano tamaño (como en el caso bíblico...método distinto...el mismo fín ). Todo tipo de víboras causan un temor natural al ser humano, aunque no sean de las especies venenosas, que según vecinos esta víbora domada por la Señora no era venenosa, otro testigo circunstancial, rato después cuando nos retirábamos del lugar nos comentó que el reptil fue muerto a palazos.
El tema puede dar para muchas líneas, pero la fotografía es por demás elocuente y habla por sí misma…siguiendo con la fotografía…fue tomada con la máxima precaución ¿para que arriesgar, si era venenosa o no?
Las boas Curiyú llegan a tener una extensión de 4 metros y derivan de las anacondas, de acuerdo a lo que “gloogleamos”
Por la Redacción de Mi Saladas / Jueves, 18 de enero de 2018