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Nuestra historia
Un Árabe “tirabombas”, en la Saladas de antaño

PEQUEÑAS HISTORIAS NUESTRAS - Con la celebración del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional, en las redes sociales hemos visto relatos de experiencias del pasado, a esta difusión, queremos agregar otra, que  posiblemente  haya quedado guardada en la memoria de unos pocos saladeños, quienes tuvimos la oportunidad de vivirla, en cuanto acto cívico.,  consideramos necesario contar a los cuatro vientos la emoción de cuantos pequeños acontecimientos de la vida pueblerina del Saladas de la década de los 60´ para que lo conozca, al menos en forma periodística, toda Saladas.

La memoria retrata una trayectoria que no conocimos o que se nos acercó a través de la visión de nuestros padres o abuelos. Es verdad que puede ser parcial y adolecer de lo integral de lo sucedido, pero apurarla para que se nos presente a cada rato resguarda y mantiene viva nuestras raíces, a través de personas convertidos en personajes de cada época.

En las fiestas cívicas (25 de mayo, 9 de julio etc.etc.), en horas tempranas era costumbre (y lo sigue siendo), despertar con una salva de bombas disparadas desde la plaza Cabral, anunciando un día  festivo para la comunidad saladeña.

El aquellas épocas, el encargado “especialista” en Saladas, era el inmigrante Sirio-Libanes, Don Juan Salvador Jare, “ Juancito Jare”,  quien con un interminable cigarrillo en sus labios, “pucho” que se consumía con una larga ceniza colgando, recuerdo cuando don Juancito encendía las bombas en la plaza Cabral, en tanto un grupo de niños nos apostábamos con naranjas, para tirarle en el momento que don Juancito los estaba encendiendo las bombas de estruendo  con su sempiterno cigarrillo a modo de herramienta de encendido, pegando un  salto del susto y corriendo a los traviesos, con los más diversos epítetos.

Otra anécdota que se contaba en las calles de Saladas, fue cuando a Don Juancito se le cayó una brasa de su perpetuo cigarrillo sobre los artículos de pirotecnia que tenía a la venta, generando una conmoción con las explosiones, ya que en la  época era muy común suceda un tiroteo.

Don Juancito, tenía una librería, en la parte de la casa colonial, parte que aún se mantiene en pie, entre dos edificios, en calle Lugones casi Mitre (entonces casa de la familia Cura), Don Juancito era habitué de las reuniones sociales en aquel entonces, relacionándose con lo más granado de la sociedad saladeña.

Recabando informaciones, con personas mayores, se lo recuerda más como el “tirabombas”, que por otras cualidades de su vida.

 

 

 

NOTA: PUBLICACIÓN EN LAS REDES SOCIALES: “ASÍ SE FESTEJABA EL 9 DE JULIO EN MI PUEBLO, SALADAS CTES”.

Otra experiencia relatada por el odontólogo José Domingo “Chelo” Insaurralde, publicación que nos inspirara a escribir estas cortas líneas sobe Don Juancito Jare.

Insaurralde se lamenta no haber puesto fotografías de “Don Juancito”, que nosotros les agregamos a esta nota, más la imagen del desfile que relata Insaurralde,  sobre las aceras de la plaza Cabral.

 

 

 

BICENTENARIO DE NUESTRA INDEPENDENCIA

-1816 -9 DE JULIO - 2016

ASÍ SE FESTEJABA EL 9 DE JULIO EN MI PUEBLO, SALADAS CTES.

Yo vivía en aquel entonces detrás de la escuela a la que concurría y observaba todo los movimientos que ocurrían en ella.

Los preparativos para la fiesta en este caso el 9 de Julio comenzaban el día anterior por la tarde, Ojito, la portera y alma mater de los preparativos, prendían grandes fogones donde se colocaban inmensas ollas de aluminio donde se preparaba el chocolate. Era todo un acontecimiento.

Por la noche del 8 de Julio se organizaba un baile de gala en el Club Amistad con dos orquestas una de Tangos y la otra de música moderna. Por supuesto los hombres iban de riguroso traje y las mujeres con sus vestidos hechos para la ocasión. El baile se realizaba en los salones del club, por supuesto bien iluminado.-

El 9 de Julio las actividades comenzaban muy temprano. En la torre de la iglesia había parlantes orientados hacia los cuatro puntos cardinales, para que en todo el pueblo se escuchara, luego que Don Juan Salvador Jare tirara tres bombas de estruendo,se escuchaba el tañir de las campanas y el cura párroco ponía marchas militares para que todo el pueblo se despierte con espíritu de fiesta patria. Me gustaba despertarme escuchando marchas. Es un recuerdo muy lindo de mi infancia

.Bien temprano veíamos como traían de la panadería de Don Jerónimo Acosta cestos repletos de pan dulce que luego comeríamos con el chocolate y así munidos con una taza enlosada en lo posible para que no se rompa, porque seguro se iba a caer. Para ir a la escuela nos ponían un guardapolvo blanco impoluto y bien planchado con almidón y zapatos bien lustrados. Después de concurrir a la escuela íbamos a la plaza, algunos ya, con los guardapolvos manchados con chocolate. En la plaza había actos alusivos y discursos varios y luego nos formaban en filas de cuatro en fondo. Marchábamos todos los grados alrededor de la plaza al compás de las marchas.

Luego a la siesta se organizaban juegos para los niños, como ser carera de embolsados, chancho enjabonado y cosas por el estilo. Luego carreras de sortija que participaban la gente que venia del campo con sus caballos y ensillados con sus mejores calchas y los gauchos con sus mejores pilchas.

Presidencia Roque  Sáenz Peña- Chaco-27-Junio-2016

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Viernes, 08 de julio de 2016