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  Épica victoria del Millo
 River goleó a Jorge Wilstermann, bailandolo con un 8 a 0 inolvidable y llegar a las semifinales de la Copa Libertadores


En la fase de grupos de la Copa Libertadores, Jorge Wilsterman sumó los nueve puntos: en el debut de la Copa venció a Peñarol de Uruguay  6-2, una paliza. Después, derrotó a Atlético de Tucumán por 2-1 y en el último partido del grupo despachó a Palmeiras 3-2 de Brasil. Y ya en los octavos de final se quedó con un valioso 1-0 ante Atlético Mineiro, también  de Brasil

Recontracopados. No hay lógica, no hay antecedentes, no hay análisis que alcance para contar la paliza que le dio River a Jorge Wilstermann para bailarlo con un 8 a 0 inolvidable y llegar a las semifinales de la Copa Libertadores. ¿Y ahora quién lo para? Lanús será próximo su rival.

Gallardo había dicho que tenía el mayor de sus desafíos y pidió sacar todo el temple. Tocó las fibras anímicas del plantel pero también metió mano en lo táctico sacando a los laterales habituales (Casco y Moreira) y poniendo a Montiel atrás formando una línea de tres e incluyendo a Rojas en cancha. La vocación ofensiva desde el inicio y la efectividad que todo goleador puede soñar alguna vez resumida en un nombre: Ignacio Scocco.

Wilstermann esperaba el aluvión pero no se imaginó que aguantaría apenas seis minutos. Los suficientes para que Nacho Scocco, el delantero que no es goleador, mostrara por qué sería una noche histórica.

La necesidad de dar vuelta el 0 a 3 le obligaba a continuar con el pie en el acelerador y no falló. La movilidad del Pity González y Nacho Fernández, Auzqui abriendo la cancha, Rojas siendo profundo y Scocco metiendo más goles que chances de gol… Si en veinte minutos ya había igualado la serie, ¿cómo no soñar?

Y el sueño fue con fútbol total. Porque los goles de River terminaron siendo uno más lindo que el otro. El 4 – 0 que ya lo ponía en semi de Enzo Pérez no les hizo aflojar la presión. Wilstermann, con un gol, podía todavía obligar que el equipo de Gallardo tuviera que meter más. No hizo falta, porque el intratable Scocco aprovecharía bien la sintonía fina que ese día tenían todos.

Como si fuera poco, Pérez corrió cinco mil metros, eludió hasta a Evo Morales y definió con una fantasía. ¿Seis? ¿Siete? ¡Ocho!
Jueves, 21 de septiembre de 2017